Una de las cuestiones que ha
mantenido nuestra actual sociedad patriarcal en cuanto al sexo es una lucha
permanente entre la idea que ella predica y las realidades sexuales naturales.
Y aunque este estado de
lucha permanente se da en los dos géneros, masculino y femenino, se ensaña especialmente
con la mujer, ya que para el Patriarcado es un ser complementario del hombre, y
su sexualidad tiene como principal objetivo el placer del varón; ello en una
sexualidad genital machista, rápida, compulsa, violenta y visual.
Esta posición de poder moral invita a entender, así lo
enseña, que la única forma de entender de forma natural y correcta la
sexualidad es la heterosexual, aunque ahora esté dando más manga ancha a la
homosexualidad, pero en todo caso, dentro del estricto sistema de la monogamia.
De hecho, se intenta mantener aun entre parejas homosexuales, sean hombres, mujeres,
o transexuales, la idea de relación sexo-afectiva monógama; ya que esta
ideología es la base fundamental de su Moral (economía social) basada en la
esclavitud de la masa, ahora por el consumo, y la aceptación de la relación
monógama como ausencia de libertad de los componentes.
La relación monógama es tan maravillosa y respetable como
otras formas e ideas de relación sexuales y afectivas. Mantener la relación con
una sola persona nos puede proporcionar paz, tranquilidad, seguridad,
crecimiento común… Y también nos puede suponer cansancio, desidia, aburrimiento,
dependencia y apego…
Cada persona debe escoger la forma que más se refleje en
su sentir, pensar y querer. Nos enseñan que una idea es la buena, y las demás
no sólo negativas, sino dañinas. Y lo peor es que desde el Poder patriarcal se
mantiene un estado de constante confrontación.
Hay una lucha, soterrada en ocasiones, abierta y pública
en otras desde la monogamia y heterosexualidad contra todo lo demás: Poliamor,
Pansexualidad, Homosexualidad, Transexualidad, Grupos de intercambios… Es
decir, contra todo aquello que, a su entender, suponga un peligro contra el Establecimiento
Moral.
El Amor libera. El Sexo libera. Y no sólo te ayuda a
sentirte libre, sino que te permite serlo sin depender de otr@ u otr@s, de
normas que no entiendes ni aceptas, de paradigmas que no vibran con la
frecuencia de tu corazón. Por ello, cada persona debe tomar su sexualidad de
manera abiertamente libre, disfrutando de cada momento en cada situación, y
manteniendo siempre una actitud de respeto, confianza, comunicación y
colaboración con su/sus amante/s.
Ren Tui
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