La auténtica magia de la sexualidad sagrada no está en
el Encuentro de Luz plena en el que
ambos amantes se funden en un abrazo absoluto uniéndose y compartiendo el océano del Ying y la ambrosía del Yang. No solamente. Porque
la magia sexual no es el final, sino una cósmica energía que fusiona a la
unicidad de cada amante y a éstos con el Universo, y ésta comienza con las más
sutiles de todas las energías que se dan presencia en el encuentro sexual: la
caricia y la ternura. Es cierto que siempre os referimos que todo comienza con
la mirada… Que continúa con la palabra susurrante… Que involucra la empatía
emocional… Cierto. Pero una vez los amantes se encuentran es la ternura y la
caricia la que establece la magia.
La ternura es todo en el acto sexual, debe estar
presente en cada instante: miradas, besos, caricias, roces, respiraciones… Y la
caricia es la más especial forma de comunicarse entre los amantes, de hecho, se
transforma en una Entidad propia. Cuando las miradas cesan y los ojos se
entornan para sentir más profundamente, cuando los besos se ralentizan y las
bocas no cesan de beberse lentamente, cuando el Tallo de jade ha visitado la Gruta
y le esté venerando… Entonces la caricia se hace propia entidad y energía, y
trasmite al amante toda nuestra Esencia: sexual, emocional, psíquica,
espiritual.
A través de la caricia expresada con ternura ambos
cuerpos se fusionan en una magia sexual real. La caricia con ternura es la
que produce la sanación mutua. La ternura interpretada por la caricia es la que nos
permite sentir el deseo, el placer, el orgasmo… Y cuanto más lenta,
parsimoniosa y suave sea la caricia, más ternura expresaremos.
Y para ello, el practicante de Tao sexual sanador,
debe trabajar la caricia y la ternura no sólo con sus manos, sino con todo su
cuerpo, con toda su piel, también con sus labios, lengua, respiración: y muy especialmente
con la mirada.
En la formación y práctica de los masajes sensuales Tao-Tantra de la Escuela ponemos especial
atención a la caricia. Aprendemos a movernos y trasmitir con lentitud, con
suavidad; en realidad creamos un ritual amatorio-sexual personalizado con el
cual pretendemos ofrecer a nuestro amante (o paciente) la energía Jing que brota de nuestro Palacio de
jade, para que se derrame en su Ser, la misma energía Jing y todo su sentir sea placer-deseo-orgasmo.
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Te ofrecemos una experiencia única… mágica.
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