Hay una máxima tántrica que expone que sin beso no hay juego tántrico. Cierto, sin besar y disfrutar de los labios, la boca, la lengua del amante no hay encuentro sexual sagrado, no hay placer ni deseo felino.
El beso busca, además del propio placer en sí, de uno y del otro amante, aumentar la excitación y el deseo, hasta las cotas más altas. Una Tigres puede llegar al orgasmo con unos besos eróticos que, realmente, le hagan vibrar, y le permitan comunicar energéticamente entre la zona sagrada de su boca y la zona sagrada de su sexo. Sin estos besos maravillosamente sensuales, la Tigresa y el dragón no llegarán al climax luminoso de su sexo sagrado
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